lunes, 13 de mayo de 2013


Un millar de tareas pendientes rebotan dentro de mis orejas
nubes de pensamiento atosigan mis neuronas
los músculos se tensan formando una alfombra de nudos y contracciones
al compás de una mochila cargada de mil cosas
mientras siento que el tiempo juega al escondite conmigo
y la concentración es un espejismo que se aleja
con la misma velocidad con la que aparece la sensación de culpa
Cena, comida, merienda y desayuno, ninguno en su sitio

y de repente...


La calma se impone,
una dulce melodía resuena por mi cabeza
espanta las nubes, calla las voces
calma la espalda encuentra el tiempo
el escenario no es el idoneo
pero por eso es perfecto
el calor de la infusión arropa el alma
y bajo esta cálida y suave luz
que me atrae como una polilla
me siento tremendamente feliz
y quiero creer que algún día todo esto
hará del mundo un lugar un poco mejor

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