viernes, 24 de mayo de 2013

Olor salvaje


Hay pocas cosas que puedan llegar a evocar tantas cosas como el viento que provoca un arbol al caer cuando lo cortas, es algo primario, básico e instintivo;
El olor de humedad, ese olor " a verde" el olor de la madera, el olor químico y estrañamente adictivo del combustible todos mezclados en una estraña fragancia que hace remontar nuestra memoria racial miles de años ha cuando la caída de un árbol o cortar uno significaba que de momento era menos probable morir de frío.
Despierta el mismo tipo de sentimiento que el hambre que te arranca la carne a la parrilla, sobre brasas, con olor a humo en el aire, ese olor que recorre tu cuerpo y hace que el instinto despierte y tu parte más antigua se alegre de tener carne que llevarse a la boca, una carne que en otro tiempo era una bendición fuera del alcance de lo diario o cotidiano.
La hierba está humeda y la corteza enmohecida. La fragancia del barro pone las notas de fondo emmascarado por el olor dulzón de la podredumbre
El trabajo y transporte de madera que te deja en las manos olor a musgo, es un olor cálido, agradable. Es un olor antiguo, que huele verde ( que no a verde)
El olor de la madera que combina con el cansancio en las articulaciones, ese cansancio que miles de años ha significaba que seguías vivo y que hoy cada cual interpretará a su manera, pero para mi sigue significando eso: que sigo vivo, aunque con el tiempo esa fragancia ha madurado hasta convertirse en el sentimiento de sentirse útil, de trabajo bien hecho.

Esto es lo que quiero sentir cada día por el resto de mis días, esta sencación de cansancio combinanda con el sentimiento de saberse útil y que se ha hecho todo lo que se tenía que hacer y se ha hecho lo mejor posible.
No es un gran sueño ribeteado de oro y son brodados sobre seda... Es un sueño pequeño humilde y cálido, es un sueño de madera dura y envejecida,es mi sueño

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